CON EL FIN DE AÑO CNN+ enmudece. Desaparece. Vemos un vídeo con los rostros y gentes de los informativos. Los rostros de las pantallas y los rostros más allá de las pantallas. Todo muy humano. Y duro. Se despiden todos juntos y, ¡tatachan!, vemos el logo del Canal 24 horas de Gran Hermano. Llega la fusión telecinquera.
Se cierra CNN+ por sus altos costes. Los compañeros de prnoticias hablan de 40 millones de euros de deuda desde el 1998. ¿Crisis de modelo? ¿Una gestión mejorable? Lo cierto es que la matriz norteamericana también pasa un bache importante de audiencias y resultados.
Seguramente el modelo de tertulia más o menos casposa, ultrareligiosa y/o vociferante de la FOX pone más a los norteamericanos, y también pega fuerte en las Españas en crisis.
Con su capillita de acólitos recalcitrantes, palmeros de un determinado poder.
¿En la época de internet, la información internacional, la información, no es tan básica? ¿Sufrimos un exceso de rumores y noticias?
Lo cierto es que lo local pega fuerte, y los anuncios tienen difícil inserción en el todonoticias. Las cadenas temáticas son un buen complemento, pero no son capaces de tirar de las audiencias.
Se marchan un puñado de grandes profesionales. Los televidentes los tienen presentes.
Y es el adiós, esperemos que momentáneo, de un enorme periodista, Iñaki Gabilondo. Que no ha tenido un acomodo fácil en los últimos tiempos, donde la rentabilidad descerebrada prima más que la información meditada.
Sin CNN+ estamos un poco más huérfanos de información moderna, con un estilo no beligerante y sin crispaciones.
El panorama preocupa, ante el propio asombro de los periodistas.
Hasta siempre.
El modelo rentable debe ser otro, pero la materia prima, los mimbres, y el abecé de la profesión SON ESTOS. SIN DUDA.