
Imagen: El Diario Vasco
EL ROBO DE KARMELE
KARMELE MARCHANTE, es un fina periodista catalana del colorín de las más antiguas de nuestros pagos, con más muescas en su fusil verbal que Napoleón Bonaparte. Perdida en una isla de seudofamosos, la listilla, acabó hablando con un coco, haciendo la competencia, es un decir a Tom Hanks.
La mujer, ahora llamada Pop Star Queen, se ha agenciao una dilatada carrera musical en 5 minutos, justo para llegar a tiempo al concurso abierto por TVE para participar en Eurovisión.
En su imaginativo tema Yo soy un tsunami, (el link, ustedes mismos:
www.youtube.com/watch?v=H-pEB3ugweI)
la vemos ejecutar una coreografía digna del mismo Michael Jackson amordazado, ante las hechuras de unos bailarines megacachas con los calzones prietos, que parecen salidos de un gimnasio 24 horas de Chueca. Y nos emociona tanto su voz rota, en una actuación inenarrable que nos roba las palabras, y nos hace ir al baño.
Directamente.
Es lo que tienen estos teatrillos vergonzantes, que, cómo las peleas de pressing catch, tiene su gracia desorejada.
Pero, ¡oh, injusticia!, TVE la ha eliminado como finalista de Eurovisión, aunque ciento y pico mil cachondos mentales, o sordos musicales, como se quiera, la votaron.
Para reirse del personal o hacer daño, más que ná.
Eurovisión, ese festival paneuropeo donde las conjuras escandinavas y balcánicas hacen y deshacen, con el permiso de los países del Este. Ese reino de la horterez, la brillantina, el exceso y los escotes y las minifaldas. Ese espectáculo sin fronteras de otra época, que no sabe si deriva hacia una exaltación del frikismo y la exaltación de lo gay, o busca, ehem, grandes valores musicales (Spain, two points, l’Espagne, deux points), sufre, como San Remo, como tantos otros festivales, el efecto de ser un museo de cera en un universo digital.
Hoy la música no es escasa, sino múltiple.
Y ya no se descubre nada porqué se descubre todo. Aunque de vez en cuando, surge algún engendro con las patillas enganchadas y una guitarrita infantil de plástico con colores.
Pero el Chiquilicuatre de Buenafuente es único porqué es el primero: es cutrez original.
Telecinco, siempre garante de la calidad musical de España, ha cualificado de injusta e inconstitucional la expulsión de Karmele de la carrera para llegar a Eurovisión. Ella, Karmele, apenada, ha denunciado la injusticia y la falta de democracia de TVE. Los españoles y los europeos en general pierden UNA VOZ INCALIFICABLE.
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