Imagen: Cuatro. © P.Menéndez
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¡Y YO CON ESTAS UÑAS!
DICE UN INDÍGENA de estos papúes, con su cabellera de rastafary años 70, y taparrabos parecido a un preservativo gigante, orgulloso el hombre: «las mujeres son inferiores a los cerdos», y los del programa ponen a la familia de Edi y Miguel, preparando la comida en su piset valencianet: un muslo de pollo.
La hija, Raquel, es una pizpireta que no sale de casa sin su secador ni las uñas pintadas.
DICE UN INDÍGENA de estos papúes, con su cabellera de rastafary años 70, y taparrabos parecido a un preservativo gigante, orgulloso el hombre: «las mujeres son inferiores a los cerdos», y los del programa ponen a la familia de Edi y Miguel, preparando la comida en su piset valencianet: un muslo de pollo.
La hija, Raquel, es una pizpireta que no sale de casa sin su secador ni las uñas pintadas.
Os lo juro por Victoria Beckham.
La familia de Miguel, el militar, no sabemos si será estilo Arensibia, o un Rambo moderno de la era de la OTAN narianán, miraban el mapa de su destino al revés. Angelicos.
Dos de las familias tienen en común hijos chulitos, uno una especie de saltimbanqui urbano, el otro, que se cree guapo de la muerte, opositor a policía.
La familia de Miguel, el militar, no sabemos si será estilo Arensibia, o un Rambo moderno de la era de la OTAN narianán, miraban el mapa de su destino al revés. Angelicos.
Dos de las familias tienen en común hijos chulitos, uno una especie de saltimbanqui urbano, el otro, que se cree guapo de la muerte, opositor a policía.
Un tercero, Marcos, es gandul como él solo.
Y unos madres porqueyolovalguistas, que no pueden, ni saben dominarlos.
Los padres están, pero no dicen ná.
Y los indígenas de esos países lejanos, vestidos quizás como ya no vistían de hace décadas, se comportarán como sus abuelos hacían en libertad, porqué ellos están aculterizados perdidos (colonizados, pero en plan fino); los de Vanuato y los de Papúa, los de Etiopia, les harán la broma tan original de comprarles las hijas, y casar a sus vástagos con mujeres de tetas caídas o úbricas. Comerán larvas, que buenas, degustaran gusanos, molerán tiburones pequeñitos a palos pá comer.
Vestirán taparrabos y se lavarán con barro.
Para unos y otros, la chequera obliga.
Entonces, que te escupan a la cara para bendecirte será una anécdota.
El concurso es el rey del choque de culturas. Con argumentos ficcionados que sorprenden, por mucho que los intuyas de cartón-piedra. La pasada edición enviaron al mundo indígena una hornada de paletas ibéricos en crisis para encimentar el orbe tribal. Ahora lo prueban con familys que creen que la leche sale de los tetrabricks DEL CARREFUL.
Y unos madres porqueyolovalguistas, que no pueden, ni saben dominarlos.
Los padres están, pero no dicen ná.
Y los indígenas de esos países lejanos, vestidos quizás como ya no vistían de hace décadas, se comportarán como sus abuelos hacían en libertad, porqué ellos están aculterizados perdidos (colonizados, pero en plan fino); los de Vanuato y los de Papúa, los de Etiopia, les harán la broma tan original de comprarles las hijas, y casar a sus vástagos con mujeres de tetas caídas o úbricas. Comerán larvas, que buenas, degustaran gusanos, molerán tiburones pequeñitos a palos pá comer.
Vestirán taparrabos y se lavarán con barro.
Para unos y otros, la chequera obliga.
Entonces, que te escupan a la cara para bendecirte será una anécdota.
El concurso es el rey del choque de culturas. Con argumentos ficcionados que sorprenden, por mucho que los intuyas de cartón-piedra. La pasada edición enviaron al mundo indígena una hornada de paletas ibéricos en crisis para encimentar el orbe tribal. Ahora lo prueban con familys que creen que la leche sale de los tetrabricks DEL CARREFUL.
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