Los nenes no
son conejos
son conejos
VISTO Y NO VISTO: el formato de docushow llegó entre polémica, saltó de los miércoles noche al fin de semana. Y ná más. Pero ya se ha intentado. Mañana veremos formatos parecidos, quizás ejem, más blancos, pero jugarán con el concepto. En campamentos de verano... etc.
El supuesto Gran Hermano de Tele 5 és too much incluso para la cadena del escándalo bizarro y el chafardeo ibérico. Un formato inglés, Boys and Girls Alone del Channel Four. Ya polémico en la pérfida Albión. Of course.
El supuesto Gran Hermano de Tele 5 és too much incluso para la cadena del escándalo bizarro y el chafardeo ibérico. Un formato inglés, Boys and Girls Alone del Channel Four. Ya polémico en la pérfida Albión. Of course.
Y es que el problema es el concepto mismo. 16 chicas y chicos entre 10 y 12 años, 16, que no pueden hacer edrodening conejil, ni pelearse como animales en cautividad, ni crear alianzas medio mafiosas para pasar de pantalla. En una época tan tierna, cualquier manipulación televisiva resulta odiosa, cuando no tan peligrosa que bordea el escándalo.
A diferencia de Curso del 63, en Antena 3, donde la disciplina nacionalcatólica chocaba con un grupo de mozetones y zagalas cani y/o moderniqui, a partes desiguales. Este choque de mentalidades le daba un atractivo cojonudo al formato. Para no explicar que, en el fondo, la disciplina draconiana escondía una formación subyacente de valores. Metidos con calzador entre discursos retros.
Precisamente en una sociedad donde los valores desaparecen ante el dinero, la fama y el poder. Que eran hipocresía pura, me dirán, seguro, damas y caballeros.
Cuando el dictador Franco era barrigón y por La Jonquera o Irún pasaban los 4 latas de las guiris liberadas que volvían locos a Landa o López Vázquez con peluquín; nada de tangas en los colegios mayores, ni piercings, sinó bragazas de la abuela, y el uniforme de la escuela de Harry Potter, para que ellas fuesen ese ángel del hogar de la época que pretendían hacer de la mujer, sufridora, hacendosa, y paridora de nuestra progenie.
Aquí los chavalicos, angelicos de 10 a 12 años, van al súper a comprar, y les engañan con el cambio de la compra como bellacos, o como jubilados con problemas visuales.
Y es que la vida es dura, catódi@os. Y se pelean también, ¡buá, buá!
Pero no, no es un espacio de formación de valores. Ni tan siquiera un experimento sociológico a la altura, es un decir, del Gran Hermano. Ni Paz Padilla, que esperas de ella que se ponga a imitar a los Morancos o a contar chistes de Cádiz a la mínima, tiene el empaque catódico de la todoterreno Milà. La Milà es MUCHO MILÀ.
A diferencia de Curso del 63, en Antena 3, donde la disciplina nacionalcatólica chocaba con un grupo de mozetones y zagalas cani y/o moderniqui, a partes desiguales. Este choque de mentalidades le daba un atractivo cojonudo al formato. Para no explicar que, en el fondo, la disciplina draconiana escondía una formación subyacente de valores. Metidos con calzador entre discursos retros.
Precisamente en una sociedad donde los valores desaparecen ante el dinero, la fama y el poder. Que eran hipocresía pura, me dirán, seguro, damas y caballeros.
Cuando el dictador Franco era barrigón y por La Jonquera o Irún pasaban los 4 latas de las guiris liberadas que volvían locos a Landa o López Vázquez con peluquín; nada de tangas en los colegios mayores, ni piercings, sinó bragazas de la abuela, y el uniforme de la escuela de Harry Potter, para que ellas fuesen ese ángel del hogar de la época que pretendían hacer de la mujer, sufridora, hacendosa, y paridora de nuestra progenie.
Aquí los chavalicos, angelicos de 10 a 12 años, van al súper a comprar, y les engañan con el cambio de la compra como bellacos, o como jubilados con problemas visuales.
Y es que la vida es dura, catódi@os. Y se pelean también, ¡buá, buá!
Pero no, no es un espacio de formación de valores. Ni tan siquiera un experimento sociológico a la altura, es un decir, del Gran Hermano. Ni Paz Padilla, que esperas de ella que se ponga a imitar a los Morancos o a contar chistes de Cádiz a la mínima, tiene el empaque catódico de la todoterreno Milà. La Milà es MUCHO MILÀ.
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