
Los roles, a saber, son: descerebrada tierna bordeando el alzheimer intelestual; desinhibida con ánsias de hombres, cuanto más jóvenes, mejor: señora archijubilada matusalénica, que es madre de la jubilada profesoril, y la profesora jubilada con carácter, la única superviviente de las yanquis Chicas de oro.
Podrán decir, con razón, que una versión actual e ibérica de Las chicas de oro (enorme serie), en un escenario estático, en plan teatrillo, digamos que tiene un público muy determinado. Por otra parte, el de La 1.
Si tuviera más chistes político-canallas, tipo Aída, y más ritmo, sería mucho más actual. Los chistes de guasa sobre las pérdidas de orina, y así, pues mu bien. Y hacernos más tiernos y cercanos a los habitantes de la tercera edad, es todo un proyecto. A nuestros mayores, los queremos más si LOS TENEMOS CERCA.