
GOYAS PAR EL BODY
PREMIOS GOYA PARA un cine con cambios y dudas, ¿por culpa del interné? Ejem.
Galas interminables que alimentan egos, o redimen a títulos con poco éxito o a directores y actores en crisis, que se acuerdan de sus madres, hijos, abuelos, parejas, productores, productoras, ayudantes, etc. Y Buenafuente, un lujazo de conductor, de la Gala.
Aquí no apostamos por el glamur (¡ay, tenemos el espíritu de provincia del imperio hollywwodiense!). No nos lo creemos. Qué gran actriz Laia Marull, para un director, Villaronga, con Pa negre, mejor película, que es de lo mejorcito del panorama hispánico, injustamente obviado. Llega su Goya tarde, pero llega. Nadie mejor que él saca lo mejor y peor del alma humana. Revisen su filmografía y disfrútenla. Vean su película y vean luego El mar, y lean la novela: sean valientes. La consagración de Nora Navas como mejor actriz (Pa negre), y de paso que existan más puentes entre el actorío catalán y el cine de las Españas. Toda una revelación un miniactor como Francesc Colomer: una bona feina, nen!
Mejor guión y montaje para Buried. El director, Rodrigo Cortés, tiene un peliculón como El concursante y abre Hollywood con este film de recursos mínimos en plena crisis.
Se despide Álex de la Iglesia de la Academia con un alegato sobre el interné. Habrá cambios, pero el cine ha vivido tantos: de la atracción de circo a espectáculo universal; del mudo al sonoro, del blanco y negro al color. Y ahí lo tenemos, un muerto muy vivo.
Mejor guión adaptado, para Pa negre. El debut del director David Pinillos merece el Goya. Como el film de los hermanos chilenos, La vida de los peces. Y triunfa Bardem, de nuevo. Entre Tosar y él, quilates de calidad interpretativa, con respeto para los demás nominados.
Miren, el cine que tiene a Camus, Médem, Villaronga, Gonzalo Suárez, de la Iglesia, Saura, Trueba, Amenábar, Almodóvar, a Iñárrirtu de fichaje, con Biutiful, y una récula de actorazos y profesionales de todas las especialidades (ahí tienen un maestro de la música como Alberto Iglesias o Carles Cases), y se dirige no sólo a un apéndice de Europa llamado España, sino también a más de medio continente americano, no debe tener miedo. Es absurdo, y demuestra que no explotamos nuestro grandísimo potencial.